jueves, 10 de febrero de 2011

Envidiable quebradero de cabeza.

(Por Marta Abad)

Vueltas y más vueltas sin parar se le está dando al tema de los tres jugadores extracomunitarios del Regal F.C.Barcelona. Atendamos a los hechos paso a paso y sin más palabras que las justas. Empieza el rosario de lesiones que atenaza al equipo de Pascual y, entre otros, afecta a un hombre de la talla de Pete Mickeal. El equipo de la ciudad condal prospecta el mercado y da con Alan Anderson, un jugador con experiencia en Europa y en Eurolegue. Fichaje realizado con éxito y primeras andanzas del ex de Maccabi que no dejan duda de su calidad, compromiso y adaptación al equipo. Gestos de complicidad con compañeros como Ricky incluidos. En pocas palabras, una incorporación exitosa.


Fuente: ACB Photo
Si bien, desde los medios y la afición, desde que se anunciara su llegada -en la impaciencia que nos caracteriza a los humanos- ya se empezó a debatir sobre el descarte a realizar una vez “the fisherman” ya estuviese recuperado. El ruido en abierto y públicamente sobre el tema en cuestión se acalló por la preeminencia de otras noticias de actualidad en el entorno azulgrana o el otros equipos de nuestra liga ACB. Si bien, había de llegar el momento en que, como el Guadiana, la cuestión vuelva a ponerse encima de la mesa.

Se acerca la fecha que el club había dado como target de reincorporación progresiva del alero de Rock Island y los motores empieza a calentarse de nuevo. Ruedas de prensa como excusa ideal para cuestionar a Pascual sobre el tema, Copa del Rey a la vuelta de la esquina y unas apuesta muy pero que muy abiertas. Los argumentos, casi todos buenos. El club catalán, probablemente en un gesto de “juguemos al despiste”, se reserva el derecho de decidir al jugador descartado o a los dos elegidos hasta el último momento. “El torneo del KO puede esperar”. Sí, Pete viaja con el equipo tras realizar una última semana de entrenamiento que el cuerpo técnico considera correcta.

Los medios y las redes sociales echan humo hablando del tema, ¡a las puertas del torneo del KO! Todos parecemos entrenadores y apostamos en base a lo que hemos visto y a una lógica que, posiblemente, nada tenga que ver con la de los que tienen que decidir. El argumento más veces esgrimido sea que Mickeal llegará muy justo y que, muy posiblemente, sea el hombre sacrificado. Un sacrificio menor teniendo en cuenta una recuperación algo reciente y el riesgo que pudiese implicar el forzar la máquina. Pero ojo porque el estadounidense no es de esos hombres que se arruguen o que se avengan a las renuncias. Para dejarlo claro, declaraciones contundentes: "Este equipo puede ganar sin mí, eso todo el mundo lo sabe, pero conmigo puede ser mejor". Se puede decir más alto pero, ¿más claro?

Sea la que sea la decisión que Xavi Pascual y el resto del equipo técnico tomen (hayan ya tomado, que no nos engañen y no nos engañemos), este Regal Barça no deja de ser un monstruo del baloncesto ACB y del baloncesto europeo. Si a estas alturas alguien duda de ellos y de su solidez, lo está viendo con unos ojos teñidos por algún filtro empobrecedor. ¿El cambio de un hombre por otro? Tal vez una nimiedad sin mayor impacto; la profundidad del banquillo es una de las mayores fortalezas de este equipo que hace de las apuestas un juego de niños.

La paradoja y mi shock ante todo esta “trama” es color de drama con el que se adorna la cuestión en algunos casos. ¿Qué entrenador no ansiaría, rezaría y daría palmas con las orejas por haberse de enfrentar a dicho dilema? Seamos sensatos, discernamos, hablemos con propiedad, digamos las cosas como son, ofrezcamos la foto global y con perspectiva, relativicemos. Para muchos este es el año de las lesiones, de la crisis presupuestaria e incluso deportiva (consecuencia en unos casos directa y en otros no tanto) y las idas y venidas en torno al “caso Mickeal” les deben parecer, cuanto menos, de risa. Y aunque todos sabemos que el romanticismo y la humildad no son más que falacias para mantener unidos a los diferentes entes que conforman y rodean a cualquier club pequeño, valoremos los méritos de los pequeños en el contexto propio y el ajeno.

A pocas horas del inicio de la Copa del Rey y con todo dispuesto ya en Madrid, seguro que los pensamiento de Porfi Fisac (por nombrar a uno que lo merece), un maestro y ya un ídolo, rezuman una mayor preocupación de fondo que no los de su homólogo en el club azulgrana. Seamos honestos con nosotros mismos, demos cabida a lo que se le ha de dar y vueltas a lo que realmente lo merece. Aplaudamos los éxitos y dejemos que el tiempo y los que saben resuelvan las incógnitas que impactan en mayor o meno medida a nuestros equipos. Y, por cierto, sepamos e informemos que el Barça podría sonreír todavía más feliz si en cuestión de semanas Alan Anderson pasara a poseer el pasaporte bosnio; así la foto sí es global y justa.

Dulce dolor de cabeza del que ha de elegir entre bueno y mejor.


Marta Abad.


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